Las úlceras podrían presentarse como:

  • Consecuencia de un tratamiento oncológico (principalmente en zonas distales, como manos y pies).
  • Úlceras de presión en el contexto de una inmovilización prolongada.
  • Consecuencia de la invasión del tumor.

En caso de aparición de úlceras, es importante acudir a tu médico de forma precoz para poder establecer su causa y recomendar el tratamiento más adecuado en cada caso.


CONSEJOS

  • Sigue las recomendaciones de tratamiento y cuidados de tu equipo médico, estas pueden variar en función de la fase de la úlcera o el cáncer.
  • Procura mantener limpio el apósito que cubre la úlcera y evita que se humedezca.
  • Si la úlcera exuda demasiado y el apósito no aguanta lo suficiente hasta la siguiente cura, consulta con tu enfermera para valorar otra opción que permita mantener la úlcera tapada el tiempo necesario.
  • Ante cualquier cambio en el aspecto u olor de la úlcera, coméntalo con tu equipo médico.
  • En úlceras que tienden a sangrar, tu enfermera puede recomendarte distintos tipos de apósitos, algunos ayudarán a detener el sangrado y otros serán antiadherentes para que al retirarlos no sangre. En caso de sangrado, presiona con suavidad con una gasa húmeda hasta detener la hemorragia.
  • El picor puede ser ocasionado por diferentes motivos, sequedad de la piel, exudado, el propio tumor, entre otros; cuidar la piel que rodea a la úlcera (hidratándola o evitando que se macere), puede mejorar este síntoma. Tu equipo médico también puede recomendarte algún tratamiento adicional para mejorar el picor.
  • La cura de una úlcera no debe suponer sufrimiento para el paciente. Si las curas son muy dolorosas, habla con tu médico.
  • Es importante estar en contacto con tu equipo de Atención Primaria para que pueda evaluar con frecuencia la evolución.